Llevo un tiempo en esta etapa Covid donde algunas tornas parece que cambian cuando menos te lo esperas. Cambió el uso de la videoconferencia la cual nadie le dió valor antes. Cambió mi perspectiva sobre la gente humilde que trabaja en puestos infravalorados, cajeros de supermercado, barrenderos, vedeles de hospital… No sólo enfermeros y médicos no…
Uy que me pierdo. En esos cambios que ha traído el Covid, me he topado con un hecho histórico. El cambio de una cláusula, una que no afecta a la ciudadanía europea. Una cláusula que ha hecho que muchos de los usuarios que usan Facebook en forma de aplicación de mensajería personal (Whatsapp) se hayan dado cuenta de que el corderito gratuito igual muerde y hace mella. Desconozco las causas de este sin sentido y la estampida a otras redes pero me temo que mano negra hay, si no, son manos en plan equipo antes de salir a jugar que se alían para ganar al contrario.

Quien me conoce sabe que mi vida informática y digital es muy volcada con el Open Source, privacidad y principios éticos. Al revés que el mundo, que va a lo privativo, mi información es tuya y de quien quiera y lo de los principios es negociable, dame un juego «gratis» y los cambio.
Bueno, al turrón. Hay una tendencia noticiosa en el mundillo informático-electrónico que hace mención a si se puede vivir sin Google (a la que añadiría cualquier otro servicio global Facebook, Twitter, Yahoo, Amazon, Xiaomi, etc.). Mi opinión como profesional informático y como usuario es que sí, pero tiene un coste y éste es inesperado. Uno es que te trunquen tus rutinas, esas que se han ido adquiriendo con el tiempo. Otro es que formarás parte de un reducto de gente antisocial, ya que parecerá que no quieres relacionarte con la gente pudiéndose equiparar al hermitaño analógico que sólo baja al pueblo cercano a por lo principal: agua y comida.
Pongamos Google. Tiene infinitos servicios que nos han hecho la vida más fácil, pero muchos, la gran mayoría son invisibles para el usuario. DNS que hacen que las webs funcionen, control de webs fraudulentas que hacen que cuando recibes un correo perverso no llegue a hacerte daño. Otros más vistosos, esa galería de fotos que se sincroniza sola, ese google maps que te dice que tienda está abierta y a qué hora debes ir para que no te pille con el resto de gente. Todos estos servicios se nutren de datos, datos que dejarás de dar si conocieras todos y cada uno de los tentáculos de Google pero nadie conoce todos, ni siquiera un paranoico o un friki de la privacidad. Os voy a contar uno: las DNS. Creo que es la puntita de donde surge todo y nadie recuerda qué es ni cómo funciona Internet.
Las DNS. Esas páginas amarillas donde dejas todas las miguitas para que la gran Google corrobore los datos que se imagina que generas.

Para los no duchos en la materia, las DNS es Internet, es el sistema encargado de que cuando haces algo por internet éste te devuelva la imagen o la web o el mensaje que esperas. Esto se hace con una especie de páginas amarillas que acotan 6 grandes grupos económicos, junto con algún grupo libre friki y alternativo que proponen sus DNS para hermitaños raros. Esto es el principio de la analítica de datos a usuarios, piensa que Google puede tener todos y cada uno de las cosas que has visto desde que tienes internet en todos y cada uno de los medios que uses para ello. Y sí nadie, o casi nadie cambia sus DNS por otras más afines a sus gustos o al menos que den los datos a otra empresa más afín con sus principios, si es que los tiene.
Llegados a este punto, el hecho de evitar en nuestra vida digital a Google u otra grande del negocio tecnológico del mercado nos acarrearía una pérdida de funciones y rutinas que desaparecerían. Volverías a tener que buscar las noticias y no llegarían sólas en forma de notificaciones, tendrías que pensar qué fotos te son importantes y sacarlas de tu móvil, y tendrías que hacer muchas cosas con más cuidado porque si las pierdes no habría una copia omnipresente.
Cabe destacar que ésto que digo se puede hacer, hay gente que lo hace en mayor o menor medida, te vuelves un hermitaño digital pero da una calma, una tranquilidad. Las cosas son como son, vas al buzón (en forma de mensajería personal) y no tienes al cartero cada minuto tocando el timbre, pero la mayoría de la gente se ha fusionado con ello y ya no se sienten realizados si no les llega una notificación en x tiempo. La soledad digital.
Hoy en día un usuario medio cree que Internet es Google porque cuando abre el navegador sale Google. Para ellos si no hubiera Google no habría internet, al igual que si no hubiera aire no podrían respirar. Para ellos este artículo no tiene ningún sentido, pero algunos andamos con el culete inquieto, qué manos negras andan moviendo el frasco de las esencias facebookianas, googlelianas y qué beneficios saca, quién y por qué De provocar esa estampida de usuarios, el tiempo dirá pero no creo que nos lleve a un mundo mejor. Tiempo al tiempo.
Una gran reflexión, al ser humano le va lo sencillo y rapido, pero luego se llevan las manos a la cabeza cuando algun titular de un periodico habla sobre como se tratan nuestros datos por las grandes
MAGNÍFICO PUNTO DE VISTA Y ADEVERTENCIA.
¿HAY SOLUCIONES? ¿CONSEJOS?
¿DEBEMOS SUICIDARNOS-E?
NO DEJÉIS DE ESCRIBIR NUNCA