Artículo escrito por nuestro querido amigo y compañero Víctor.
Las perspectivas de la nueva década nos augura un inmenso trabajo en muchos campos que son cruciales para el conjunto de la humanidad. Un trabajo que atañe tanto a gobiernos, instituciones, comunidades,…, que nos incumbe a todos, tanto a nivel social como individual.
Un claro ejemplo que nos demuestra que hay mucho trabajo por delante es esta carta abierta publicada en el New York Times por el creador de la World Wide Web, el Sr. Tim Berners Lee que además es cofundador de la World Wide Web Foundation. En la que comienza con esta demoledora reflexión…
Quería que la web sirviera a la humanidad. No es demasiado tarde para cumplir esa promesa.
Y prosigue…
Mis padres eran matemáticos. Mi madre ayudó a codificar una de las primeras computadoras de programas almacenados: el Manchester Mark 1. Me enseñaron que cuando programa una computadora, lo que puede hacer está limitado solo por su imaginación. Esa emoción por la experimentación y el cambio me ayudó a construir la World Wide Web.
Tenía la esperanza de que 30 años después de su creación, estaríamos utilizando la web principalmente para servir a la humanidad. Proyectos como Wikipedia, OpenStreetMap y el mundo del software de código abierto son los tipos de herramientas constructivas que esperaba que fluyeran de la web.
Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Las comunidades se están desgarrando a medida que los prejuicios, el odio y la desinformación se venden en línea. Los estafadores usan la web para robar identidades, los acosadores la usan para acosar e intimidar a sus víctimas, y los malos actores subvierten la democracia usando tácticas digitales inteligentes. El uso de anuncios políticos dirigidos en la campaña presidencial 2020 de los Estados Unidos y en las elecciones en otros lugares amenaza una vez más con socavar el entendimiento y las elecciones de los votantes.
Estamos en un punto de inflexión. La forma en que respondamos a este abuso determinará si la web está a la altura de su potencial como una fuerza global para el bien o nos lleva a una distopía digital.
La web necesita una intervención radical de todos los que tienen poder sobre su futuro: gobiernos que pueden legislar y regular; empresas que diseñan productos; grupos de la sociedad civil y activistas que responsabilizan a los poderosos; y cada usuario web que interactúa con otros en línea.
Tenemos que superar el estancamiento que ha caracterizado los intentos anteriores de resolver los problemas que enfrenta la web. Los gobiernos deben dejar de culpar a las plataformas por la inacción, y las empresas deben ser más constructivas en la configuración de la futura regulación, no solo en oponerse a ella.
Estoy presentando un nuevo enfoque para superar ese punto muerto: el El Contrato para la Web .
El Contrato para la Web es un plan de acción global creado durante el año pasado por activistas, académicos, empresas, gobiernos y ciudadanos de todo el mundo para garantizar que nuestro mundo en línea sea seguro, capacitador y genuino para todos.
El contrato describe los pasos para evitar el mal uso deliberado de la web y nuestra información. Por ejemplo, hace un llamado a los gobiernos para que publiquen registros de datos públicos, de modo que ya no puedan ocultar a sus propios ciudadanos cómo se utilizan sus datos. Si los gobiernos comparten nuestros datos con empresas privadas, o les compran listas de corredores de datos, tenemos derecho a saber y tomar medidas.
El contrato establece formas de mejorar el diseño del sistema para erradicar los incentivos que recompensan el clickbait o la difusión de la desinformación. La publicidad política dirigida está dando a los partidos políticos la capacidad de subvertir el debate. Necesitamos plataformas para abrir sus cajas negras y explicar claramente cómo están minimizando o eliminando los riesgos que sus productos representan para la sociedad. En mi opinión, los gobiernos deberían imponer una prohibición inmediata de la publicidad política dirigida para restaurar la confianza en nuestro discurso público.
Crucialmente, el contrato también contiene acciones concretas para mencionar las consecuencias negativas – aunque no sean intencionadas – de diseño de plataforma. Por ejemplo, ¿Por qué en una app de ejercicio las mujeres deberían preocuparse de que sus rutas de correr sean compartidas con otros usuarios de manera predeterminada? Puede que porque fueron diseñadas por personas sin tener en cuenta las necesidades de seguridad de las mujeres. Necesitamos una mayor diversidad en el personal de nuestras industrias tecnológicas para asegurarnos de que nuestros productos son adecuados para todos los colectivos. Y las compañías deberían sacar a la luz reportes que demuestren significativamente sus progresos hacia esta meta de la diversidad.
Para hacer que el mundo en línea sea un lugar digno de estar, todos debemos usar el Contrato para la Web para luchar ahora por la web que queremos.
Los gobiernos deben apoyar a sus ciudadanos en línea y garantizar que sus derechos estén protegidos mediante una regulación y aplicación efectivas. Las empresas deben mirar más allá de los resultados del próximo trimestre y comprender que el éxito a largo plazo significa crear productos que sean buenos para la sociedad y que las personas puedan confiar en ellos.
Ya existe una coalición poderosa que respalda el contrato. Los gobiernos de naciones como Francia, Alemania y Ghana han firmado sus principios. Los gigantes tecnológicos Google, Facebook, Microsoft y Reddit se sientan junto a otros especialistas como el motor de búsqueda DuckDuckGo para comprometerse a la acción. Muchas organizaciones de la sociedad civil, incluida la Electronic Frontier Foundation, Reporteros sin Fronteras y AccessNow, se han unido al creciente movimiento, así como personas como el Representante Ro Khanna de California.
Al respaldar el contrato, los gobiernos y las empresas se comprometen a tomar medidas concretas en varios temas. Algunos cambios pueden llevar mucho tiempo: no esperamos una transformación de la noche a la mañana. Pero realizaremos un seguimiento de sus esfuerzos, y si no logran progresar, perderán su condición de patrocinadores del contrato.
El contrato ya se está utilizando para informar las decisiones de política, como una guía de mejores prácticas para los funcionarios del gobierno y de las empresas, y como una herramienta para ayudar a la sociedad civil a abogar por el cambio, medir el progreso y responsabilizar a los gobiernos y las empresas.
Pero eso solo no es suficiente. Nuestra World Wide Web Foundation , junto con sus socios globales, trabajará para movilizar a las personas en todo el mundo. A medida que se acercan las elecciones, plantee estos problemas con sus representantes políticos y candidatos. La mejor manera de cambiar las prioridades y acciones de aquellos en el poder es hablar.
Únase a nuestra fundación, nuestros socios y personas de todo el mundo en la lucha por la web.